Actualmente la tecnología está cambiando muchos aspectos dentro y fuera de las empresas, ya que no sólo ha transformado el mercado y a los consumidores, sino que dicta la pauta de cómo una compañía debería ser o qué hacer para mejorar la vida de sus clientes. Derivado de lo anterior, a los directivos en C-Level les está naciendo la preocupación y prisa de crear una estrategia de transformación digital. Pero ¿están los directivos y líderes preparados para afrontar esta transformación digital?

“La transformación tecnológica beneficia a las empresas ya que reduce costos y tiempos, además de modificar procesos que facilitan la vida de consumidores y clientes, aunque para nosotros su mayor valor es la información que trae consigo y el cómo ésta puede usarse para el beneficio de la empresa”, explica Jaime Domínguez, Principal en Page Executive.

Uno de los grandes valores de la transformación digital es lograr recabar grandes cantidades de información lo que a su vez, permite conocer a los clientes de una manera más sencilla y se vuelve en un beneficio para la empresa a largo plazo.

Otra ganancia es que con esta transformación, los trabajadores pueden concentrarse en el desarrollo de soft skills a favor de la empresa y sus equipos, dejando que algunas máquinas o sistemas se ocupen de los trabajos operativos.

Sin embargo, para el éxito de esta estrategia se deben cumplir algunos requisitos, ya que afrontar los retos que conlleva este cambio sin una preparación y sin una definición de lo que es transformación digital podría dañar a toda la corporación.

Uno de estos retos es el miedo, pues cuando se desea realizar este cambio digital, la mayoría de los trabajadores cree que se trata de sustituir el trabajo humano por el de maquinaria, aunque esto no siempre es del todo correcto.

“Una transformación digital no implica un reemplazo ni un cambio de perfiles, significa que debe haber una adaptación que esté bien dirigida por un equipo que sepa conducirla y afrontar la resistencia a los cambios”, explica Domínguez.

Otro de los desafíos es la preparación, mientras que no es necesario que los directivos aprendan a programar, es importante que se considere un mayor trabajo de equipos y áreas, en las que la colaboración y el aprendizaje se dé más fácilmente.

La mejor solución es “definir una estrategia que indique lo que implica esa transformación para la empresa, los departamentos que incluye, los objetivos y cómo se comunicarán a la compañía, qué perfiles se necesitarían o adaptarían y el cómo lidiar con la resistencia al cambio”, comenta Jaime.

La transformación digital se trata de conjuntar en una estrategia los objetivos reales de la compañía, sumado a la guía de un líder capaz de conectar los aspectos profesionales, culturales y de infraestructura de la empresa, lo que resultará en un cambio vital y obligado para toda empresa que quiera perdurar en el tiempo.

Nota: PageGroup | Colaboración: Jaime Domínguez